Los rasgos principales sobre el modelo reggiano son los
siguientes:
Ø
La participación
de las familias.
Ø
La pedagogía
de las relaciones.
Ø
La teoría
de los cien lenguajes de los niños.
Ø
Importancia de la práctica de la escucha.
Ø
La documentación
como llave de lectura y de valoración
de los procesos de aprendizaje de los niños.
Ø
Redescubrimiento de la creatividad.
Ø
El valor de la diversidad y de la complejidad.
Ø
La calidad espacio-ambiental
descubierta como “lenguaje silencioso”.
Ø
La idea de organización
como una parte integrante y elemento decisivo de la cualidad y de las
finalidades del proyecto.
Ø
La formación
de los educadores confiada.
Ø
La presencia
del taller y del atelierista como elementos esenciales.
Ø
El niño como protagonista.
Ø
Docente competente, colaborador, investigador y
guía.
Ø
Espacio.
El trabajo por proyectos facilita a los niños
contextos en los cuales pueden aplicar las habilidades aprendidas a través de
los elementos más formales del plan de estudios y en los que llevar a cabo la
cooperación grupal y el impulso natural del niño de investigar su entorno.
En cuanto al espacio escolar, podemos decir que favorecen las
interacciones, comunicación y relación entre iguales. La disposición de los
muebles, objetos y materiales, promueven diferentes opciones, resolución de
problemas y descubrimiento en el proceso de aprendizaje. Se quiere potenciar el
y trabajo en espacios abiertos e iluminados, con paneles de vidrio, pues la luz
natural es un material más con el cuál trabajar. No hay mesas ni sillas fijas,
todo se adapta a las necesidades de los pequeños.
Las Escuelas de Reggio Emilia,
quieren ser centros para potenciar 3 valores fundamentales:
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